Cuando aprieta el calor, hay algo que no falla: una buena rodaja de melón bien frío. Es uno de esos sabores que asociamos directamente con el verano, pero ¿te has preguntado por qué sienta tan bien en esta época? Y, sobre todo, ¿cómo puedes conservarlo correctamente para que te dure más y se mantenga fresco y sabroso?
Te lo contamos todo:
Beneficios de comer melón en verano
Más del 90% de su contenido es agua, lo que ayuda a mantenerte hidratado sin darte cuenta.
Es ligero, digestivo y muy saciante, perfecto para tomar entre horas o como postre.
Aporta vitamina C, potasio y antioxidantes, nutrientes esenciales que ayudan a proteger tu cuerpo frente al calor.
Y, por supuesto, su sabor suave y dulce es perfecto para toda la familia.
En resumen: es fresco, sano y fácil de disfrutar. Pero eso sí, en verano también es importante conservarlo bien para que mantenga todas sus cualidades.
Cómo conservar el melón en verano
Con el calor, es clave guardar correctamente el melón para que no pierda su frescura, sabor ni textura. Aquí van algunos consejos sencillos:
Si el melón está entero:
Guárdalo fuera del frigorífico, en un lugar fresco y seco.
Evita la exposición directa al sol o a fuentes de calor.
Si hace mucho calor, puedes meterlo en la nevera un par de horas antes de consumirlo para potenciar su efecto refrescante.
Si el melón ya está abierto:
Cúbrelo bien con film transparente o guárdalo en un recipiente hermético.
Consérvalo en la nevera, en la zona media (ni muy arriba ni muy abajo).
Lo ideal es consumirlo en 2-3 días para disfrutarlo en su punto.
Saca la porción que vayas a comer unos minutos antes, para realzar su sabor.
Con estos trucos sencillos, tu melón se mantendrá fresco por más tiempo y conservará todo su sabor natural.