Pablo Lambertos: «El lenguaje plástico tiene su orden, aunque no lo parezca, en la abstracción hay orden»

Compártelo

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Esta semana tenemos el lujo de presentaros a un joven artista plástico con el que hemos podido charlar sobre sus sueños, obras, momentos, amistad, nuevos proyectos… hoy cultivamos con Pablo Lambertos.

 

La pintura te permite…

Hacer lo que pasa por mi cabeza, y mis sentimientos, con el filtro de mis vivencias y expresarlo de una forma plástica con el color y las formas.

¿Qué proyectos te encantaría poner en marcha?

Me siento muy cómodo con formatos grandes,  en mi última exposición de Cartagena hice una pieza de 4,5 metros, y me encantaría hacer murales  más grandes aún.

PABLO LAMBERTOS 2¿Qué te transmite el sabor del melón?

A mi infancia, a mi padre, y a mi tierra. A verano.  Mi padre era agricultor, y siendo adolescente, le he echado una mano en el campo. El olor de la planta al cortarlo, el tacto de la piel del Pintazapo, y después del Galia.

¿Qué intentas transmitir a través de tu obra, y en qué te inspiras para llevarla a cabo?

Mi trabajo es abstracto, exceptuando la serie “Insectarium”, que por el momento, sólo son dos piezas de gran formato, donde se ven treinta y seis insectos ordenados de forma reticular, y con el fondo totalmente blanco. Todo mi trabajo es un intento de generar composiciones, que nacen de una vivencia personal, o de una idea.

El lenguaje plástico, como la música o las matemáticas tiene su orden, aunque no lo parezca, en la abstracción hay orden.

Cuando elijo  un color, y lo compagino con otros no es casualidad; la casualidad entra sólo en el “accidente “de la forma de la mancha.

PABLO LAMBERTOS 3

¿Cuál ha sido tu obra más especial?

Digamos que más de una:

La primera, un cuadro de 150 x 120, de mi primera época de decollage, se llama “Padre”, y se ve, (o se intuye),  una figura humana de color rojo, en la parte inferior del cuadro. El hombre en horizontal, es mi padre, y con ese cuadro, mientras que tiraba de los papeles, del decollage que es; me servía, para curar, o mitigar, el dolor de  su muerte. Me sirvió de terapia.

Otro es “Casa azul”, un cuadro bicromo, rosa y azul, donde no se puede expresar más con menos. Al terminarlo, escribí en la pared de mi estudio “he tocado el alma de la pintura”

Un sueño por cumplir…

Más de uno, soy inconformista, y bastante nervioso, con lo que, antes de terminar un proyecto, ya tengo medio hilvanado el siguiente. Me encantaría restaurar la noria del pozo artesiano de la casa del campo, que no es un sueño, es ponerse a hacerlo… Y algo más alejado, o idealista es que, familia y amigos fuesen felices.

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Compártelo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.