Se acerca la temporada de verano y con ella, a parte de llegar las ansiadas vacaciones, llegan las disparatadas temperaturas que hacen que salir de nuestra casa un día normal, sea toda una prueba de valentía, y que sólo los más fuertes logren cruzar la calle para poder meterse en algún gran centro comercial, buscando el fresquito del aire acondicionado.
Hay que estar preparado para cuando el termómetro de debajo de nuestra casa marque 40º y sólo estemos en julio, y aún nos queden semanas para nuestras ansiadas vacaciones, puesto que si no preparamos nuestro cuerpo, es probable que a mas de uno nos de algún que otro de los denominados “jamacucos”, cuyos síntomas son por todos conocidos.
Para ello, me voy a estrenar en este blog, hablando de algo que considero fundamental, y que quizás los profesionales de la salud, entre los que me incluyo, no llegamos a trasmitir a nuestros pacientes con la suficiente contundencia que el tema requiere, y es la importancia de una buena hidratación.
El agua es un nutriente importante en nuestras vidas, lo cual no se explica, si antes no hago un breve resumen sobre algo de anatomía y fisiología humana.
Más de la mitad de la composición química del ser humano es agua, variando la distribución según los tejidos corporales, siendo el músculo el tejido de mayor contenido.
El organismo necesita agua para funciones muy diversas por lo que se considera esencial para la vida. El agua es el elemento estructural de la célula, ejerciendo funciones reguladoras participando como medio de trasporte en la linfa, sangre, orina, sudor, jugos digestivos, etc. Interviene en la regulación de diversas reacciones químicas que se dan en nuestro organismo y por supuesto en el mantenimiento de la temperatura corporal.
Las pérdidas diarias de líquidos se producen mayoritariamente a través de la orina y también con las heces, la transpiración cutánea y la respiración. De modo que la pérdida neta diaria puede oscilar entre 1 y 3 litros. El cuerpo no tiene un mecanismo de almacenamiento hídrico que sea eficiente, por lo tanto, para reponer las pérdidas de agua, es necesario beber e ingerir alimentos con alto porcentaje en agua.
Debemos de tener en cuenta, que en nuestro organismo, no hay sistema que no dependa de la presencia del agua, y sin embargo el agua es luego excluida de la lista de nutrientes, aún siendo un componente esencial para el mantenimiento de la vida, y que debe ser aportado por la dieta en cantidades muy superiores a las que se producen en el metabolismo.
Por este motivo, en este blog, vamos a darle la importancia que se merece el agua, el gran desconocido de nuestra dieta. Para ello, es importante comentar que las fuentes de agua más importantes son las bebidas y los alimentos, entre los que cabe destacar las frutas, y en este caso el melón, con más de un 80% en su composición.
El melón es un hidratante ideal para deportistas y personas en general, ya que además posee minerales como el potasio, cuya presencia convierten a esta fruta en un gran diurético, y por lo tanto la hacen recomendable para personas con hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón y retención de líquidos, temas que abordaremos en futuras publicaciones.
Mi primera inclusión en el blog de Procomel la voy a terminar, haciendo que reflexionéis sobre una frase con la que voy a despedirme, es del famoso Leonardo Da Vinci, que sobre el agua, en algún momento de su vida dijo:
“El agua es el vehículo de la naturaleza”