Las ganas, la pasión y la tenacidad son piezas de un potente motor que mueven a la ilustradora, María Serrano, a seguir dibujando “monigotes divertidos y entrañables” como ella nos comenta. Sabe como nadie crear historias dentro de esos mundo que crea en sus ilustraciones, “pequeñas historias” llenas de vida, de personas mayores paseando, de personas tomando café en una terraza, de un perro feliz que sale a la calle a pasear a su dueño, en definitiva, historias en las que podemos sentirnos identificados y en las que, por qué no, quizás entrar durante un tiempo y experimentar qué se siente en ese mini mundo especial.
Esta licenciada en Bellas Artes en la Complutense de Madrid ha pasado gran parte de su vida fuera de su Murcia natal, lo que la ha llevado a lugares como Sevilla, Madrid, Valencia, Francia e Inglaterra que le ha sumado en lo personal y profesional y le ha permitido evolucionar en su carrera profesional volcándose con pasión en la ilustración.
Tiene ya dos libros publicados, su primer libro en la editorial Narval: “Gerardo y los cuentos de la abuela: el Dragón de Niebla y los Príncipes de Colores”, y su segundo libro en la editorial Siruela (“Prohibida la ducha”) en 2015 y, afortunadamente, los que quedan para poder tener la suerte de disfrutar de sus trabajos.
Hoy cultivamos con ella historias, momentos, conversación, confidencias, risas, y la fortaleza de la gente que lucha contra viento y marea para hacer lo que les guste y le hace feliz. Cultivamos con: María Serrano.
¿Vive un mundo dentro de cada una de tus ilustraciones?
Independientemente de la escena que estés viendo en la ilustración, cada persona cuenta una historia, una pareja hablando, la señora mayor paseando, un señor tocando el acordeón, me gusta que haya pequeñas historias en las que las personas puedan sentirse identificadas en ese imaginario colectivo. A mí, me hubiera encantado poder ser escritora y poder contar historias de lo cotidiano, con la ilustración también puedo hacerlo.
¿Dónde recargas tu inspiración?
Tomando el aire, viajando, irte fuera un fin de semana, sentarte en un banco y escuchar conversaciones de mayores o de niños. Me llena de inspiración el trabajo bien hecho, los rótulos que hace Mati (Eme de Mati), que haya gente que encargue la imagen de sus fachadas y negocios a personas como ella, personas que quieren cuidar las imágenes de sus locales de una forma muy diferente y personal, que recuerda a esa forma de trabajar de los oficios de los años 50, ése tipo de cosas me dan fuerzas para seguir adelante y te reconcilian con el mundo.
Un sueño…
Que se arreglara un poco el mundo en general y se encontrarán las vacunas para determinadas enfermedades que aún no hay. Y en lo profesional, seguir así y mejor, que la gente de Murcia aprecie el trabajo que hacemos y seguir dedicándome a lo que me gusta.
¿Qué te hace crecer?
Rodearme de gente que quiere superarse y ser feliz con lo que hacen me hace crecer. Cada día veo cómo la gente de mi alrededor se deja la piel en lo que hacen, como mi novio que es músico y sé lo que se esfuerza cada día, o Mati, y que, a pesar de las dificultades siguen para adelante, eso, me hace crecer.
¿Qué cosas te hacen feliz?
Que las personas de mi alrededor estén felices y gocen de buena salud, las pequeñas cosas como irme con mi novio a cenar una pizza, quedar con una amiga para caminar por el Malecón, que salga el sol… Y en lo profesional, me hace feliz cuando se me plantea un problema, resolverlo con éxito y entonces puedo respirar y tomarme una cerveza para celebrarlo –risas-.
Tu serie de ilustraciones de Murcia…
Era una forma de reencontrarme con la ciudad después de tanto tiempo viviendo fuera. Mi entorno de amigos, mis padres, con la idea de hacer algo sobre nuestra ciudad, me insistieron mucho y decidí hacer una serie de ilustraciones de Murcia de los lugares que me resultan más bonitos y entrañables de la ciudad, lugares con personalidad, que me ponen de buen humor y que han dado lugar a 18 ilustraciones, 10 que realicé el pasado año y 8 nuevas que preparé para la Verbena en Casa Chiribiri.