#GanasDeVivir – Laureano Ruíz

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Laureano Ruíz, nacido en Santander en el 1926 es el piloto de mayor edad del mundo.

A sus 96 años Laureano todavía se sube él sólo, sin ayuda de nadie más que de un pequeño taburete, para poder llegar al ala de su avioneta y así poder sentarse ya a los mandos de esta.

Es impactante cuando después de estar un rato charlando con él, no puedes creer que tenga 96 años, ¡casi una centena!. Que por otro lado, no aparenta de ninguna manera, pues derrocha una vitalidad y una pasión propias del niño más entusiasta.

Su andadura en el vuelo comienza en 1943, cuando empieza a volar en la modalidad de vuelo sin motor. No pasó mucho tiempo cuando empezó también la modalidad de vuelo con motor, modalidad que a día de hoy todavía practica, aunque bajo ciertas condiciones debido a su edad.

En total suma más de 23.000 horas de vuelo, o visto desde otra perspectiva es como estar más de 2 años y medio en el aire. Cabe destacar que, esas 23.000 horas son las que él ha contabilizado, siempre y cuando él haya sido el piloto principal y el avión no fuese de un amigo, o conocido, en otras palabras, si el avión era de algún amigo, o él iba de copiloto, esas horas no las tiene contadas como horas voladas, por lo que imaginen cuanto tiempo ha podido pasar Laureano surcando los cielos.

Toda su vida se ha dedicado a temas relacionados con el vuelo, si no era construyendo aviones, era volándolos, puesto que ha sido piloto comercial con pasajeros, instructor de vuelo sin motor, instructor de vuelo con motor, piloto acrobático, piloto publicitario, o como piloto de fumigación.

Bautizó a su hijo en la iglesia e inmediatamente fueron al hangar.

Sabemos que Laureano debido a su edad y a su profesión es una mina de experiencias y anécdotas, lo que hace muy difícil escoger las que contar, ya que tiene desde haber perdido alguna parte del avión durante el vuelo, hasta haber inaugurado con vuelo acrobático el estadio de Riazor del Deportivo de la A Coruña.

Sin embargo, algunas de las más interesantes son con su hijo Luis, pues comparte, como su padre, pasión por los aviones. Tanto es así, que ya desde bien pequeño su vida ha estado ligada a ello, ya que el día de su bautizo en la iglesia, inmediatamente al terminar fueron al aeródromo para su »bautizo aéreo».

Luis creció en el hangar junto a su padre, trasteando y aprendiendo sobre las piezas de los aviones e incluso acompañando a su padre durante los vuelos.

Cuentan los dos, que sus veranos siendo Laureano ya piloto dedicado a la publicidad, volaban por todas las costas de la península. Padre e hijo empezaban en junio volando por las costas de la Región de Murcia, subiendo por la Comunidad Valenciana, hasta llegar a Cataluña. De ahí viraban al País Vasco y recorrían todo el norte hasta llegar a Vigo, donde tomaban el camino de vuelta por los mismos sitios por los que habían venido. Una vez llegados al punto de salida, volaban por toda la costa andaluza y volvían a la Región, para entonces el verano ya había acabado y habían pasado 3 meses, padre e hijo, haciendo lo que más les gustaba, volar.

Puedes disfrutar del spot completo en:

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